Por Roberto Pantoja Arzola
Mientras Alejandro Moreno Cárdenas recorre Europa, en una gira en la que denuncia una supuesta persecución política de la que él es víctima, se ha dado a conocer que Enrique Peña Nieto (otro mexicano avecindado en el viejo continente) está siendo investigado por operaciones con recursos en efectivo a través de triangulaciones que involucran empresas de las que es socio y a familiares cercanos.
Los casos de corrupción se agolpan y junto a ellos, la salida de opositores a la 4T hacia el extranjero. En este sentido, existen razones que fortalecen la sospecha de que el dirigente del PRI ponga tierra de por medio con la justicia mexicana y que decida radicar en el extranjero, mientras que en el país se sobreviene la avalancha de acusaciones por actos ilícitos durante su mandato al frente de Campeche.
“Alito”, se sumaría a la lista de líderes opositores que han decidido enfrentar a su pasado desde el extranjero. Así lo ha hecho Ricardo Anaya Cortés, quien teledirige su campaña de ataques hacia López Obrador una vez que no pudo enfrentar las acusaciones de sobornos en el periodo en el que se procesó la reforma energética de 2013; también así ha sido el caso del exgobernador Silvano Aureoles Conejo, el cual ha sido acusado -solo mediáticamente- por el pomposo estilo de vida que tuvo su familia durante su mandato al frente de la entidad.
Priistas, panistas y perredistas apuestan desde lejos a la desmemoria del país, a regresar después de años a una sociedad que haya olvidado los agravios que le infringieron con su deslealtad, frivolidad y corrupción; o quizá, deseen victimizarse y reforzar únicamente con sus diatribas expuestas en redes sociales, la idea de que México vive una “dictadura” que les ataca.
Las posturas histriónicas de los adversarios al presidente López Obrador, no hacen sino seguir evidenciando la crisis moral y política que padece una oposición acorralada por su pasado y por una justicia que está al fin llegando a ajustar cuentas a quienes se han burlado de la confianza de las mexicanas y los mexicanos.
El fin de la era de los pactos de impunidad, está desnudando a una oposición que hace maromas discursivas para evadir su responsabilidad frente a actos deshonestos cometidos por gobernantes emanados de sus filas. Mientras las imposturas abundan en las filas opositoras, la opinión pública es testigo de la aplicación de las herramientas de la ley y sus consecuencias para quienes en otros momentos eran intocables.
La lejanía que han decidido poner de por medio los cuadros más visibles de la alianza Va Por México, quienes pretenden hacer frente a la izquierda, exhibe su pequeña estatura moral y la crisis política de la oposición, situación que le ha dejado las puertas abiertas de la sucesión de 2024 a MORENA y a sus aliados.